Voluntarios en Bolivia: Sebastian Crespo- Casa De la Juventud

Mi nombre es Sebastián Crespo Postigo. Tengo 20 años y actualmente me desempeño como presidente de la Casa de la Juventud.

¿Qué me motivó a formar parte de Casa de la Juventud?

El año 2014 un amigo  cercano me invitó a que la conociera; yo acepté y participé en el Semillero de Líderes, el evento más grande entre los organizados por la Casa, donde tuve la oportunidad de ponerme en contacto con otros cincuenta jóvenes líderes y la bendición de que la experiencia me agradara mucho. Me uní, entonces, a la organización, y desde ese momento fue creciendo en mí otra forma de ver la vida: entendí que, en esta sociedad cambiante, los jóvenes somos el motor que conducirá las cosas a darse de mejor manera.

¿Qué hacemos en Casa de la Juventud?

Buscamos generar líderes íntegros, capaces, solidarios, amantes de su tierra, comprometidos con la sociedad y con todas las herramientas necesarias para asumir, como jóvenes, el rol de generadores de cambio. No nos limitamos únicamente a la acción social: civismo, liderazgo, acción social, cultura y deporte son los principales campos en que se desarrollan nuestras actividades, además de otros varios; sin embargo, buscamos que, a través de la acción social, las personas puedan ser conscientes de las carencias y dificultades que muchos sufren, sin ir más lejos, en nuestra ciudad. Tampoco realizamos actividades aisladas, eso no puede satisfacernos; el proceso formativo es continuo. Entendemos eo cambio como algo real y queremos que nuestros líderes puedan participar activamente en la vida ciudadana y que su desempeño, en cualquier área donde vayan a ejercer profesionalmente el día de mañana, parta del conocimiento: cultura, conocimiento de sí mismos, de Santa Cruz y de Bolivia, en pos de un bien para todos.

¿Cómo mejoró mi vida Casa de la Juventud?

La Casa realmente me cambió un montón y cambió mi vida: me catapultó. Me preparó intelectualmente para muchas cosas; me brindó herramientas no sólo de utilidad académica sino  para la vida; creo que el voluntariado, por ejemplo, es esencial para poder valorar al otro. En un mundo tan deshumanizado como el de hoy, la experiencia del voluntariado te permite humanizarte, y nosotros abrazamos esa característica en particular en la Casa de la Juventud. Gracias a tanto es que hoy puedo gestionar proyectos de manera exitosa, relacionarme con muchas personas, tener un muy buen networking, trabajar en pro de los jóvenes y también en pro de la región y el país, que es fundamental.